Mi afición por los carteles de fiestas llegó en el año 2004 cuando decidí presentarme por primera vez a uno. Estaba muy motivado porque me di cuenta de la baja calidad de los trabajos presentados y la escasa participación, lo que me hacía pensar que tenía una alta probabilidad de ganar.
Una vez terminado el cartel de lo que me di cuenta fue de que el hecho de ganar o no ya no me importa tanto como el quedar satisfecho con el resultado, eso ocurrió en el 2005 con un trabajo muy colorista, que algunos calificaron como naif (palabra que aborrezco), y a otros les recordaba los dibujos del gran ilustrador José Ramón Sánchez, cosa que me alaga pero que no veo. Ese año gané y entonces me di cuenta que lo de que quedar satisfecho con un mismo era una tontería y que la pasta del premio me venía muy bien.
Estas dos ilustraciones corresponden al cartel ganador en Sant Joan y a otro cartel que presenté en el mismo pueblo años después.
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